Es regidor.
Vende pescado fresco, tan fresco que el mismo comensal los puede ir a pescar y ahí mismo cocinar.
Ganó las elecciones internas de su partido pero perdió las constitucionales. Le echaron montón, los partidos de oposición y gente de su propio partido que lo traicionó.
Quiso el premio mayor y sólo se quedó con el cachito.
Vive en uno de los municipios más hermosos de la región fronteriza, con uno de los climas más ricos del mundo, aunque con un presupuesto municipal de hambre.
Le “vo a” pedir me preste un su “acapulco” para poder hacer una brecha a fin de caminar desde el Ojo de Agua hasta las Cascadas El Chiflón, pero si me echa la mano de machetero se lo “vo” agradecer mucho, ya que a finales de marzo o principios de abril habremos de retomar la travesía en ese lugar.
Y si me invita a comer pescado y a tomar trago también.
Pero lo que sí le quiero solicitar es un “chayomotel”, quiero llevar a una mi dama al Hotel Tzimol, del Martín Cordero Cano, para que alcance la felicidad múltiple en uno de los municipios más bellos de la región y en uno de los climas más ricos del mundo.
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