Con un amigo hicimos una apuesta sobre el lugar que habrá de ocupar Víctor Hugo Ruiz Guillén en la elección del 7 de octubre. Yo digo que en tercero y él que en cuarto.
Yo digo que el PRI es el PRI y que, con todo y sus fracturas, no tendrá una caída tan drástica, porque en algunas comunidades el tricolor es religión, pues hasta los colores de la Virgen de Guadalupe son los mismos que lleva en sus siglas.
Mi amigo dice que, aún así, el PRI comiteco está escribiendo su derrota por sus propios errores.
Enumera como primer error la falta de esquemas democráticos en su interior, al grado de simular procesos internos, pero, aparte de que son fraudulentos, deja sin el derecho de participar a uno de sus precandidatos.
Comenta que por esa ausencia de esquemas democráticos abandonó al PRI el ahora candidato del PAN, Alejandro Sánchez Crócker, y que ahí, sólo ahí, se le fueron al tricolor unos dos mil votos. Si partían de una base de 11 mil votos, con esta fractura se queda con 9 mil.
Del simulacro de elección interna, dice mi amigo, y a pesar de la disciplina partidista del precandidato perdedor, Rafael Morales Serrano, el PRI habrá perdido otros dos mil, mínimamente, porque varios de los líderes que acompañaron al empresario gasolinera, en automático, se fueron a otras casas de Campaña. Que aquí el error de Víctor Hugo fue contentarse con el abrazo de su adversario y creer que con eso ya tenía a toda su gente en automático trabajando para que ganara el PRI. Con esta fractura el PRI se habría quedado con 7 mil votos. Ya van 4 mil menos.
Pero, dice, la fractura más dolorosa fue la partida de la gente de Jorge Constantino Kanter y Ricardo Ibarra Gómez. En esta fractura, dice, el PRI pierde por lo menos 5 mil votos (quedándose sólo con 2 mil votos duros), así, en automático, y basa su dicho en el siguiente análisis.
Hay que reconocer que el equipo de Jorge Constantino Kanter y Ricardo Ibarra Gómez obtuvo más de 6 mil votos en la elección interna de hace tres años, con un equipo compacto de trabajo, sin estar en el gobierno, aunque sí con recursos.
Por tanto, si ahora ese equipo de estos políticos sigue compacto, y teniendo toda la estructura del ayuntamiento, tendrán mucho más con que afianzar los votos obtenidos en esa interna, e inclusive incrementarla de forma significativa.
Aún, los 11 mil votos de las que se parte para decir que el colchón del PRI era de 11 mil sufragios se toma de la elección constitucional, en la que Jorge Constantino Kanter obtuvo esa cifra y algo más.
Si, con toda la estructura gubernamental del gobierno del estado en contra, y la del ayuntamiento comiteco también, JCK obtuvo 11 mil sufragios, ahora con el visto bueno de Juan Sabines y toda la estructura del ayuntamiento podrían aumentar esa cuota, pero a favor del Partido del Trabajo (PT) y Ricardo Ibarra.
¿Entonces qué le quedará al PRI de Víctor Hugo Ruiz Guillén?
Según sus pronósticos, por todas estas razones, el primer lugar lo van a disputar el PT de Ricardo Ibarra y el PVEM-PRD de Lalo Ramírez. Que el tercer lugar lo van a disputar el PAN de Alejandro Sánchez Crócker y el PRI de Víctor Hugo Ruiz Guillén.
Yo coincido con todos los análisis de mi amigo, pero creo que en la disputa del tercer lugar el triunfo será para el ex diputado tricolor, quien se llevaría medalla de cobre, porque el PRI es el PRI, pero él dice que no, que sin duda será Alejandro Sánchez Crócker que porque Roberto Albores lo está apoyando con alguna lana, y por tanto el PAN no sacará medalla en esta olimpiada electoral.
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