El diputado electo por el VI Distrito, Darinel Alvarado Villatoro, ya supo que su poder no alcanza para tanto. Bueno, no es el gobernador, no tiene el poder de éste, no quita y ni pone funcionarios, aunque es a lo que sueña.
Según trascendió, por gente suya, por cierto, hizo lo que pudo por "deshacerse" del Sub Secretario de Operación Regional Zona Fronteriza, Francisco Escobar.
Se movió, pataleó, buscó gente con poder, intentó llegar hasta el gobernador, para que destituyeran a Paco Escobar.
Inclusive corrieron el rumor de que había sostenido reunión con Sabines y que éste había aceptado mandar a la goma al funcionario estatal. Se daba por descontado que el también empresario relojero haría maletas y se dedicaría de cuerpo completo (es mucho, por cierto) a la relojería.
Nada de nada.
Charrinel no pudo con Paco Escobar. No habló con Juan Sabines, aunque sí lo intentó y también trató de llegar a la gente más cercana al gobernante para que le cumplieran uno de sus deseos: hacer a un lado a Francisco Escobar.
El funcionario estatal está firme en su función, para el ex alcalde zapaluteco es inamovible, aunque nadie tiene la plaza comprada, por supuesto, pero eso ya no depende de Charrinel, sino del propio desenvolvimiento del funcionario sabinista.
Lo cierto es que Alvarado Villatoro siempre ha pretendido eliminar a Paco Escobar.
Le estorbaba mucho desde la campaña a la gubernatura del estado, pues Charrinel quería ser el coordinador de la campaña sabinista en la región fronteriza.
Por esos tiempos también ocurrió la visita del entonces candidato a gobernador por Chiapas, Juan Sabines Guerrero.
Y cuando se dio la visita sabinista a Comitán, Las Margaritas y la Trinitaria, todos los políticos zapalutecos (desde Virgilio Santiago Silva hasta Fernando López), pero particularmente Charrinel, deseaba soltar su gallo a retozar. Querían mostrar sus cualidades oratorias. Querían agradarle a Juan Sabines. Querían asegurar chamba.
El problema es que sólo dos podían tomar el micrófono. Y como eran muchos, Paco Escobar propuso un "piedra, papel o tijera", para eliminar a los demás y quedarse con sólo dos oradores. Y, para acabarla de amolar, ni la piedra, ni el papel ni la tijera favorecieron al Charrinel.
No sólo eso, sino que los de PVEM tomaron la iniciativa de hablar directamente con Sabines para pedir que les prestaran el micrófono tantito, pues tampoco habían tenido suerte en el "volado", y el candidato les concedió un espacio.
De tal modo que todos podían "echar verbo", menos Charrinel.
Y a partir de entonces le agarró más tirria al hoy funcionario estatal, Francisco Escobar.
Por si fuera poco, después del apretado triunfo del 20 de agosto, le comieron el mandado cuando el propio Darinel y otros de la famosa Corriente Democrática enviaron a Juan Sabines una "listita" en donde se repartían una treintena de Delegaciones Regionales de las distintas dependencias del gobierno estatal, y descubrieron que Francisco Escobar había sido designado Subsecretario de Gobierno.
No se lo esperaban. En esa lista no figuraba el nombre de Paco Escobar, y de pronto resulta que se sacó el mejor premio. Lo sorprendieron, pues.
Desde ese mismo instante Charrinel se fue a Palacio de Gobierno a pelear por esa plaza, quería ser el Subsecretario, se sentía con los méritos suficientes.
Y no la armó. No pudo hacer nada. No le hicieron caso. Lloró como niño lo que no pudo conseguir como hombre. Aunque de tanto berrinche le "inventaron" una su "delegacioncita", la de gobierno en La Trinitaria. Sólo para que no hiciera más rabietas.
Así fue como lo calmaron tantito, sólo para que desde ahí comenzara a desestabilizar aún más al municipio, alebrestando a los pobladores y "levantándolos" contra el alcalde Lindoro Jiménez Ruiz, pero su "desamor" al empresario y hoy funcionario estatal sigue vigente, quizá más vigente que nunca porque no pudo destronarlo.
Pero Charrinel no sólo "armaba" las tomas del palacio municipal, sino que inclusive instruía a las secretarias de la delegación de gobierno zapaluteca para que llamaran a los representantes de la prensa a cubrir las manifestaciones contra Lindoro.
Después ocurría que los reporteros llegaban primero a las manifestaciones organizadas por Charrinel, y hasta hacían reclamos del por qué comenzaban tan tarde si los habían llamado desde temprano.
Lo bueno es que ahora se fue a la capital y quizá eso contribuya a que ya no desestabilice al municipio zapaluteco, a ver si no arma movilizaciones allá, en contra de los diputados que no comulguen con él, o aproveche su condición de diputado local para intentar desestabilizar pero en Comitán, Tzimol y Las Rosas, con tal de seguirle haciendo la vida de cuadritos al Subsecretario de Operación Regional Zona Altos.
Estaremos pendientes.
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