El gobernador del estado, Juan Sabines Guerrero, debería escuchar la demanda de los campesinos de Frontera Comalapa, quienes exigen la salida del alcalde Irán Mérida Matamoros.
Debe escuchar a los inconformes, y no fundar su decisión de sostener a un alcalde que ya no quieren ni los propios priistas, porque los que están en el plantó exigiendo su salida fueron aquellos que antes votaron por Mérida Matamoros.
La política del gobierno del estado es que se respete la voluntada popular el día de la elección, pero Juan Sabines debería saber que los pueblos tienen derecho a dos cosas: a equivocarse y a corregir.
Si se equivocaron eligiendo a Mérida Matamoros, ahora quieren corregir, haciéndolo a un lado, por razones de incumplimiento de sus promesas de campaña y por su evidente capacidad de gobernar. La tesis de que la soberanía reside esencialmente en el pueblo puede, debe aplicarse en este caso. Que le pregunten a los comalapenses si quieren seguir tolerando a su actual presidente, mediante un referéndum.
El gobernador cree que si permite la caída de Irán Mérida inmediatamente se generará en el estado un efecto dominó, y de inmediato caerán otros alcaldes.
Por eso, no porque Irán Mérida tenga la razón o sea amigo del gobernador, es que aún no ha caído, pero hasta eso podría cambiar.
Porque si lo que quiere el gobernador es gobernabilidad, en Frontera Comalapa ya no la hay, y las cosas se ponen cada día peor.
Ahora bien, Irán Mérida ya comenzó con sus tradicionales grupos de choque, como hizo en Ciudad Cuauhtémoc.
Entonces, lo que podría ocurrir en los próximos días, si persiste en su decisión de enfrentar a los campesinos inconformes con sus incondicionales, es que haya algún muerto.
Señor Gobernador, usted no debiera esperar a que haya un muerto en Fontera Comalapa para tomar la decisión de aceptar que el Congreso del Estado declare la desaparición de poderes en ese municipio. Irán Mérida no vale ningún muerto.
Porque los opositores al alcalde comalapense ya dijeron que no van a tolerar la mínima agresión en contra de algún plantonista de los que ahora están exigiendo la salida del actual presidente.
Entonces, si los ánimos se desbordan cualquier día de estos, los comalapenses pensarán que se actuó demasiado tarde.
De hecho, cuando señalan que no tolerarán la mínima agresión en contra de alguno de sus compañeros inconformes, también se refieren a los heridos que pudiera dejar una represión policíaca, ordenada por el gobierno estatal.
Pero no es necesario esperar un muerto, ningún alcalde vale un muerto, la ambición de Irán Mérida debería tener un límite, y en lugar de insistir en permanecer en un lugar donde lo repudian casi todos, no todos, pero casi todos, debiera solicitar una licencia por tiempo indefinido.
Frontera Comalapa dejaría de ser algo más que un municipio con ingobernabilidad. Volvería a ser la capital económica de la región sierra. Volvería a ser pujante, volvería a ser una ciudad segura.
Por cierto, señor gobernador, hay una acusación muy grave en contra del Delegado de Gobierno de ese lugar: Ledín Méndez Nucamendi, sobre quien pesan denuncias de irregularidades de cuando fue alcalde en Ocozocoautla, por el PRI.
Un comalapense que trabaja en
Pero no sólo dijo eso: agregó que la enorme cantidad de trabajo deriva de que también ha tenido que comprar facturas diversas hasta completar más de 500 mil pesos para un alto funcionario del Órgano de Fiscalización Superior del Congreso del Estado. Esa acusación deberá ser investigada por las autoridades correspondientes, yo simplemente publico la denuncia pública enviada por un comalapense.
Con razón no ha salido el Irán Mérida, tiene buena estrategia.
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