Reina Cruz Gómez se hizo acreedora a una felicitación de En Caliente porque presentó un examen de oposición (o como se llame) para obtener un ascenso como Supervisora Escolar.
Ella no sólo participó creyendo en las instituciones, en la transparencia de la famosa cadena de cambios que integran funcionarios estatales y líderes sindicales, sino además ganó.
Si no quedó en primer lugar de la lista fue por antigüedad, pero quedó en seguida y sólo no alcanzó una supervisoría porque no murieron más supervisoras (es), o no se jubilaron, o no pidieron permiso, etc.
Pero sí, la negrita cucurumbé les hizo morder polvo a las más pintadas de educación especial. Les tapó la boca. Ella enfrentó a muchas maestras de Chiapas para ascender a una Supervisoría.
Inclusive le decían sus mismas compañeras que para qué iba a presentarlo si ya se sabía dónde iban a quedar las plazas. "No importa", dijo, "por lo menos me puede servir para el próximo año", volvió a decir, con humildad.
En esa ocasión lo publicamos así, aquí, En Caliente, y no gustó mucho una expresión, al grado de confundir vacas sagradas con vacas gordas, nunca nadie leyó la palabra gorda, porque no la escribí, pero cada quien lee lo que siente jejeje. Textualmente decía:
"Ya las divinas garzas y vacas sagradas de Educación Especial de la entidad se sentían con la supervisión en mano. Y pensaban en la "pachocha" quincenal, y hacían cuentas qué otra camioneta iban a comprar, en qué municipio indígena habrían de ir a comprar algún rancho y establecer su emporio, probar que se siente ser cacique. Jejeje".
"No contaban con mi astucia", dijo la Reina. Y se las dejó ir. Las vacas sagradas se quedaron en su sacrosanto lugar, pero desmerecidas. Ahora ya saben que no basta la fama y que acostarse a dormir no es del todo bueno, aunque se tenga fama. Ahora ya sabemos que meterse a Internet a buscar lo más novedoso para imponerlo a los maestros no resulta lo mejor y no da sabiduría porque no lo es".
El problema es que las instituciones están perdiendo credibilidad, y los funcionarios estatales y sindicales de la Sección VII le cerraron las puertas a quien con merecimientos había logrado alcanzar una supervisoría.
Al enterarse de un movimiento de jubilación por parte de una supervisora de San Cristóbal de Las Casas, Reina la negrita cucurumbé, que había ido a bañarse a la costa para ver si las blancas olas su color podía cambiar, regresó de inmediato de su paseo para reclamar la aplicación del estado de derecho.
"Señores, hubo una cadena de cambio, ésta no fue cerrada, no es tradición de Educación Especial cerrar su cadena, según la convocatoria el proceso sigue vigente, así lo dicen sus propias cláusulas, y solicito se me tome en cuenta para que ocupe yo esa plaza de Supervisora, o bien se haga corrimiento de la cadena, coloquen ahí a quien corresponde conforme a derecho y a mí me ubiquen donde sea pero con el ascenso correspondiente".
"Ah, mire, es que, tome usted asiento, la verdad es que no está la jefa, venga usted la quincena del próximo mes de no sé cuando y con mucho gusto se le atenderá".
"Ummmm, ¿pero sí me van a atender?"
"Sí, claro que sí".
Y regresó, y vino a Comitán, y volvió a ir, y volvió a venir, se dio otra su bañada en las níveas olas del atlántico y vuelta a su Departamento de Educación Especial, y nada.
Por negrita cucurumbé fue vilmente discriminada, le hicieron de chivo los tamales, se hicieron pijijis, pero no le dieron la supervisoría.
Entonces, dijo, para eso está el sindicato.
Y, además, es un sindicato democrático.
Qué bien que los maestros estén tan chidamente organizados y que su fuerza radica en la lucha combativa y por causas justas del magisterio democrático.
"Ahí está mi tablita de salvación, ahí me harán justicia, los del sindicato sí conocen de leyes y promueven su respeto, y cuando los funcionarios del ejecutivo no la respetan ellos organizan marchas, plantones, tomas de puentes internacionales, porque en la defensa de los derechos laborales de la base magisterial ¡NI UN PASO ATRÁS, HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!, y nadie mejor que los dirigentes de la Sección VII para coordinar la lucha, hasta diputados federales ha dado nuestros dirigentes, cómo no", iba pensando la cucurumbé.
Lo más lindo fue la recepción sin dilación, el mismísimo Paco Torres la recibió en audiencia.
Y la cucurumbé comenzó a soñar alto cuando escuchó el discurso revolucionario del máximo dirigente de la Sección VII, el priista, neoprianista y joseanista del Paco Torres.
Salió ilusionada, convencida de sus pensamientos anteriores, democrática mil por ciento, decidida a seguir la lucha magisterial por los derechos laborales de la masa y del proletariado, leyendo El Capital de Carlos Marx y los libros de Lenin y las Cartas del Subcomandante Marcos..
Cuando el el priista, neoprianista y joseanista del Paco Torres la recibió de nuevo, para la siguiente cita acordada, vino la desilusión.
El señor había cambiado de discurso, de playera, de partido y de convicciones: la mandó por un tubo.
"Señor pero usted me dijo.."
"Dije, ya lo ha dicho, d-i-j-e".
"Pero entonces lo que usted me dijo"
"Valió para una madre, no habrá de piña, regrésese por dónde vino".
Todo por ser negrita cucurumbé.
En el Departamento de Educación Especial no le quisieron hacer justicia, en la Dirección de Educación Elemental no le quisieron hacer justicia, el Secretario General de la combativa y democrática Sección VII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación no le quiso hacer justicia, nomás la engañó.
Amiga, regresate a la costa, pero a la de marfil, o a las plateadas aguas de la Argentina, allá las olas son más blancas, allá te blanquearás, y cuando seas blanca regresás y venís, y aunque no pasés el examen, aunque acredites que sos una burra bien hecha y no pasés el examen, entonces venís y te darán tu Supervisoría.
En serio. Ya lo verás.
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