Ah qué Don Ramiro Aguilar Castañeda, además de inepto es segregacionista. Que no permitió el paso a Don Francisco “El Mariachi” a entrar a sus oficinas por “enfermizo”. Así le dijo, por enfermizo.
Resulta que inconformes del barrio Guadalupe invitaron al reportero para que los acompañara en su intento de solicitar que se hicieron algunas obras por administración, para que los recursos alcancen para más obras de pavimentación de calles, que los ciudadanos necesitan.
Don Francisco acudía como un ciudadano más, a solicitarle, con todo respeto, solución a sus demandas.
Pero el presidente municipal dijo que no.
“Usted no puede entrar a estas oficinas, pueden entrar todos, pero usted Don Francisco no, no lo voy a permitir”, dijo, vehemente, encabronado, como todo un demócrata.
¿Por qué no puedo entrar? Yo soy del barrio también, vengo como un ciudadano afectado, vengo con ellos, quienes me invitaron”, dijo Don Francisco.
“Porque usted es un enfermizo”, le respondió el alcalde, convertido ya en un demócrata segregacionista y discriminador.
Para entonces ya Don Francisco había puesto en marcha su grabadora, y de todo quedó constancia auditiva, en cinta magnética.
No era la intención de Don Pancho hacer labor de reportero, pero como el presidente no tolera a periodistas incómodos, el edil le denegó sus derechos de ciudadano, su derecho de audiencia, su derecho de petición, su derecho de tránsito.
Esa casa, la del Palacio Municipal, no es propiedad del alcalde, esa es, en realidad, la casa del Pueblo de Las Rosas.
Pero Don Ramiro Aguilar Castañeda se ha apropiado de ella, como si la hubiera comprado con su propio pecunio.
Y no, fue el pueblo el que le pidió que ocupara esas oficinas por un tiempo, votando la mayoría a favor, y poco menos en contra. Esa casa se construyó con dineros del pueblo.
Pero así son los alcaldes de estatura enana.
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