viernes, 6 de marzo de 2009

Sacerdote del Mal, en Comitán





Hay un “curita” creando problemas, poniendo a las ovejas a pelear, como un auténtico sacerdote del mal.

Este curita se llama Mauricio Olvera, y sus ovejas no sólo andan descarriadas, sino confrontadas, odiándose los unos a los otros. Como si Dios o Jesucristo hubieran ordenado: “Odiaos los unos a los otros”.

Este tipo, muy prepotente según dicen sus vecinos, anda “remodelando” una capilla donde al año se hace una fiesta, dizque religiosa, pero que da motivos para la venta de trago, aunque sea del corriente. El resto del año queda abandonado, convertido en nido de delincuentes, en “motel gratis” o “nidito de amor ocasional”, o santuario pero de “teporochos”.

Esa “capillita” será, pues, la meca del pecado del barrio El Mirador.

Ahora bien, esta capilla se está convirtiendo en problema porque, además, está ocasionando un verdadero problema para quienes tienen vehículos y pasaban por esa reducida y empinada calle, hacia su estacionamiento. La razón, que ahora no podrán subir a meter los carros, deberán dejarlos estacionados sobre el boulevard.

De por sí la capilla era nido de delincuentes, ahora éstos partirán de “su nidito” hacia donde la gente estacione sus carros, para llevarse los espejos, llantas, estéreos o hasta la misma unidad.

Y todo por el capricho de este sacerdote del mal, impulsor de las rencillas, del vicio, del pecado y de todo lo malo inventado por el hombre (y la mujer).

Por cierto, tiene sus seguidores, entre ellos un camionero de nombre Romeo Gordillo, de la Cruz Grande. Es su principal defensor y operador.

La mayoría de los habitantes de esa cuadra, o de ese pedazo de cerro, responsabilizan al sacerdote Mauricio Olvera de lo que vaya a desencadenar esa capillita que están remodelando. Cualquiera que sufra el robo de su unidad, se lo irá a echar en cara al curita. Cualquiera que sea asaltado junto a esa capillita, hará lo propio. Y si alguna niña o adolescente fuera violada al interior de esa capilla, igual será de la responsabilidad del sacerdote del mal. Que Dios nos ampare.

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