Los millonarios comitecos enlistados recientemente en la columna En Caliente tienen miedo de ver publicados sus nombres en El Fronterizo del Sur. Temen por su vida.
Algunos de ellos se comunicaron vía telefónica con Fernando García Flores para reclamarle que haya proporcionado sus nombres a este columnista.
Otros lo hicieron de manera directa, y uno más, Ramón Cancino Ibarra, consideró una irresponsabilidad que hayamos publicado los nombres de los hombres más encumbrados de Comitán de Domínguez.
Cancino Ibarra inclusive llegó a amenazar con una demanda en mi contra, por haberlo “ventaneado” de esta manera, a pesar de la explicación que está detrás de la publicación de la nómina de los “millonetas” comitecos.
¿Cuál es el razonamiento de los ricos que ahora están poniendo sus barbas a remojar?
Que vengan los secuestradores a tomar nota de lo publicado y en los siguientes días decidan secuestrarlos para sacarles dinero.
Ni En Caliente ni El Fronterizo del Sur somos responsables de que haya secuestros y decapitados en el país.
La revista FORBES no repara en la ola de secuestros para publicar si el Joaquín Loera o “El Chapo” Guzmán ahora esté ubicado entre los 700 hombres más ricos del mundo.
Además, los ricos también tienen sus esquemas de seguridad perfectamente elaborados, con protocolo de por medio.
Por lo tanto, si mucho les molesta que haya sido publicados sus nombres, tan fácil como ejecutar lo expresado por Cancino Ibarra, ex candidato a la presidencia municipal en Comitán. Que me demanden ante la instancia que crean conveniente, que para eso existe el estado de derecho y cobran los abogados.
Ahora bien, quienes deben temblar de miedo no son aquellos que han hecho su dinero a la buena, sino quienes se hicieron millonarios a través de actividades ilícitas, y que yo sepa a ninguno de los señalados en la columna del pasado lunes se le ha vinculado jamás con haber amasado su fortuna con movimientos fuera de la ley.
Todos, creo, tienen lo suyo porque ellos mismos ha sudado la gota gorda, o bien sus ancestros. O entre ambos.
Nosotros publicamos los nombres de los 20 hombres más ricos de Comitán, o que pueden apoyar a las familias que enfrentan la enfermedad de la tuberculosis, porque se requiere de su apoyo. Ellos son: Arnulfo Cordero Alfonso, Rafael Morales Serrano, Antonio Guillén Gordillo (Balazo), Manuel Bermúdez Tovar, Víctor Manuel Albores Guillén, el de Abarrotes San Luis; Enrique Alvarez Guillén (Volkswagen), Roberto Fuentes Domínguez, Belisario Villatoro Robles (gasolinera Villatoro), El dueño del Sanatorio Ulloa, Luis Ignacio Avendaño, del Sanatorio Genoveva, Flor Moreno, del Hotel Flor de María; Eduardo Ramírez Aguilar, Darinel Alvarado Villatoro, Roberto Albores Guillén, Rubén Morales Serrano Hotel Morales, Manuel Albores Alcazar, Rafael Pinto, constructor; Cp Solís, de la Constructora Progreso; Ramón Cancino Ibarra y Roberto Pulido Gordillo.
No fue otra la intención. Pero si aún así insisten en lanzarse contra un pobre, humilde, huarachudo y sencillo Chaparrito de la Sierra, pues aquí estoy.
Lo que sí es cierto es que el esfuerzo para abatir la tuberculosis debe ser conjunto, de todos.
En ese esfuerzo deben participar también las instituciones públicas, del país y del estado.
La tuberculosis es una enfermedad emergente.
Un buen día desapareció del mapa, pero vinieron las crisis económicas y ahora los brotes son cada vez mayores.
Los hay en prácticamente todo el mundo, sobre todo los del tercer mundo.
Las instituciones de salud hacen un esfuerzo, los medicamento para su atención están a la mano, aunque significan una importante derrama económica para el estado.
Pero evidentemente no sólo hace falta darles los medicamentos en la boca a los pacientes.
El otro aspecto a cuidar es, precisamente, el nutricional o alimentario, y de alguna manera se está convocando a la clase pudiente a sumar sus pesos.
Pero, ¿qué instituciones públicas deben meter el hombro para que el proyecto amarre?
La convocatoria es a que todos sumemos nuestro granito de arena.
Por ahora hay que reconocer que los únicos que están aportando para que esta situación cambie son los pobres, la gente de los barrios, aquellos que cobran oportunidades.
Los pobres apoyando a los pobres. Claro, nadie más entiende a un pobre que otro pobre. Fsur.
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