De plano que al Lobato (Sergio) le agarró la calentura y no hubo quien le pusiera sus compresitas de agua fría para bajarle algunos grados. Alguien le dijo que podía integrarse al gabinete sabinista, ahora que el recuento de votos lo está colocando mucho más arriba que José Antonio Aguilar Bodegas, y desde ahí lanzarse al estrellato, en busca de una senaduría. Así nomás, ¿han de creer semejante cosa?
Como quien dice, su pretensión es utilizar a la presidencia como mero trampolín para alcanzar una secretaría de estado, y de ahí pegar el vuelo hasta llegar a la casona de Xicoténcatl.
Eso se parece a dos mujeres que charlaban con sobrado optimismo:
“Oíte vos cositía, te fueras a trabajar a “los estados” y bien que ganaras dinero; trabajabas unos tres meses y te venias a comprar aquí en Comitán un tu rancho; luego te ibas a trabajar otros tres meses, ahorrabas y volvías a Comitán y comprabas otro rancho; en un año ya tenías unos tus 3 ranchos y ya para que trabajar de criada si podés ser la patrona”.
Así le dijeron al Lobato:
“Oíte vos coletío, te metieras de talamontes, de ahí te lanzabas de candidato a la presidencia y te ganabas tu buen dinero, sobre todo con eso de los diezmos; con eso ahorrabas y si tu gallo a gobernador gana te metés de Secretario de Desarrollo Rural para gozar de mayor impunidad para tus aserraderos; entonces desde ahí lo preparás todo y te lanzás de candidato a la senaduría, y ya siendo Senador de la República te venís de gobernador, nos hace falta un gobernador coleto, como lo ves té? Miralo, así yo voy a meterme a trabajar la madera también, vos me cubrís con un manteado de impunidad, y me hacés tu sucesor, para entonces tú ya serás titular de la SAGARPA y los dos seguiremos con el negocio de las maderas finas, y chance diversificamos nuestra economía vendiendo unas guacamayas rojas, que salen a 100 mil cada una….” Con decirles que hasta llegaron a la Presidencia de la República.
En tres patadas arreglaron el mundo, le doraron la píldora al señor y no hay poder humano ni celestial que lo quiten de una Secretaría de Estado con Juan Sabines.
Lo cierto es que con esas notas que hace publicar el señor anda consiguiendo que abulten más su expediente y los del PRI le finquen responsabilidades de traidor, expulsándolo para siempre jamás.
Y la verdad creo que a los sancristobalense les irá bien cuando se vaya, porque quizá llegue un alcalde que haga obras de calidad, no como las de la actualidad. Ora perro, casi me sale verso sin esfuerzo.
Lo que sí es cierto es que salió “pior” que el Enoch Hernández, el noqui chambeaba en las vialidades duro, este compadre no pavimenta las calles y avenidas, por eso se dan los accidentes, por querer evadir una sima (igual bache muy profundo). Por si fuera poco se le olvida poner causes pluviales, luego lo desbaratan sus “obritas” y después la vuelven a hacer, gastando dos veces en una obra, cuando pudiera hacer con ese recurso cien por ciento más.
Lo otro es que parece ya estar un poco cansado, atender a la gente le resulta difícil, cuando ya termina de decirle que no a un paisano resulta que entran tres más y le parece que sufre la maldición de Sísifo: no bien acaba de subir lo vuelven a bajar y reinicia la travesía nuevamente, en un círculo del mal, derivando todo ello en una neurastenia que no le abona en su popularidad.
PACO TORRES: “NO HAY QUINTO MALO”
Por un momento creí que Paco Torres había dejado la actividad ganadera para dedicarse a la venta de elotes hervidos y asados, allá donde más se vende ese producto: el portal artesanal del municipio de Amatenango del Valle. Pero no, al revés, el señor andaba consumiendo, comprando sus elotes bien cocidos, poniéndole salita y chilito. Y convidándole a su familia. Enhorabuena. Entonces al señor lo saludé, le di un su abrazo y se fue, abordando su camioneta, dejándome a mí y a mi familia, haciendo lo propio. Pero al menos me sirvió para acordarme de sus andanzas. El "joven aún"
No hay quinto malo. Y es este el quinto. No piensen cosas malas, camaradas, me refiero al quinto intento de Paco Torres para llegar a la Presidencia Municipal de Comitán.
En 1995 el "aún joven" político comiteco era funcionario estatal, con buen nivel, y comenzó el gusanito "edilicio" a movérsele por el estómago. Obviamente se movió el inquieto señor, de un lado pa"otro, con un líder y otro, con un grupo y con otro. Mas se retiró. "Tres años pasan rápidamente", dijo. Y pasaron.
A los tres años hizo su siguiente aparición. Corría 1998 y ya estaba en plena carrera. En esa ocasión se inscribieron varios aspirantes a la presidencia municipal, entre ellos un poderoso empresario gasolinero, quien no se tentó el alma para soltar recursos y ganar la candidatura. La ganó. Apabulló. Y no dejo pasar a mi Paquito para la regiduría. “Señor gobernador, si él es regidor yo no soy presidente”, supe que dijo el AECA con alguien de olor a azufre.
Pero vino el 2001. Los años pasaron volando. Se metió o lo metieron sus huestes, pero no hizo falta. Ya se estaba haciendo costumbre. Se dieron los jaloneos. Se dio la famosa candidatura de unidad a favor de uno de los suspirantes, de apellidos Guillén Guillén, frustrada más tarde con una supuesta elección interna que se convirtió en “estrategia de imposición” del candidato Rafael Morales Serrano, dejando fuera de la jugada, por tercera ocasión, a Paquito Torres Vera.
En el 2004 vuelta una vez más a la pelea. Las condiciones eran igual de adversas. Ahora había que hacer campaña desde “algún lugar de las montañas del sur”, donde quebraba palito para matar el tiempo, mientras se alcanzaba algún arreglo político o se amarraba alguna fianza para poder hacer campaña.
En esas condiciones lo dejaron rezagado en el cuarto lugar, lo cual fue una hazaña, por cierto.
Pero, bien lo dice Cárdenas en México y Lula en Brasil: “No hay quinto malo”.
Hay lo ven.
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