El asunto del graffiti no quedó en una sola columna, ha generado comentarios, al menos en el blog http://www.en-caliente.blogspot.com varias personas han arribado para dejar sus análisis, en distintos sentidos.
Uno, por ejemplo, dijo que la idea de brindarles espacios propios y exclusivos para los graffiteros donde ellos produjeran sus escritos sería muy buena, pero no sólo en Comitán, sino en todos los municipios.
De alguna manera esta propuesta tiene un parecido a la legalización al aborto.
¿Por qué?
Porque aunque el aborto está prohibido, de todos modos se practica, y en varios millones de casos al año en el país.
Pues la misma cosa, el graffiti está prohibido, penado, de todos modos se practica, y en varios millones de paredes del país.
En cuanto al aborto, si se legalizara, seguramente se evitarían en un 95 por ciento de los más de 150 mil casos de muertes de mujeres mexicanas, como resultado de su práctica clandestina en el país.
Y de las bardas pintarrajeadas, si se buscara canalizar en bardas exclusivas la actividad de los graffiteros, posiblemente las paredes de los particulares dejarían de ser impunemente agraviadas. No sería legalizar el graffiti, sería canalizarlo a paredes públicas exclusivas para esa actividad, a cambio, precisamente, de dejar en paz las casas de los vecinos.
Eso implicaría, quizá, que en cada barrio el ayuntamiento disponga de una pared para los graffiteros, las cuales podrían solicitar con los vecinos, o bien construirlas en aquellos terrenos baldíos, no bardeados, generando doble beneficio, previo convenio, por supuesto.
Si esta idea no cuadra, se pueden generar otras propuestas, pero con el mismo fin: bajar el índice de paredes y casas graffiteadas.
Sin embargo, hay opiniones en contrario.
Hay quienes dicen: “NO, LOS GRAFFITEROS SON DELINCUENTES Y HAY QUE PRENDERLES FUEGO”.
Otros los llaman simplemente vagos sin oficio ni beneficio.
“LA VAGANCIA NUNCA, Y LA INDOLENCIA JAMÁS, SERÁN UNA CULTURA ALTERNATIVA, NUNCA UNA SOCIEDAD DEBE DE CONVIVIR CON QUIEN ALTERA LA MORAL Y LAS BUENAS COSTUMBRES. HAY QUE RECORDAR QUE LO QUE HACEN ESOS MALVIVIENTES MOLESTA A LA SOCIEDAD”.
El problema es el siguiente: nos toca convivir con ellos. No hay de otra. Ahí están, muy cerca de nosotros. No deberíamos ser tan excluyentes y segregacionistas.
Bueno, ni siéndolo conseguimos nada importante, salvo caer en la represión autoritaria.
Y si les cae la mano dura del gobierno encima, no por eso van a dejar de manifestarse. Aún en la cárcel lo seguirán haciendo, y cuando salgan a las calles reincidirán una y mil veces: es su cultura, su forma de interactuar con el mundo.
Inclusive si la represión es mayor ellos fortalecerían sus vínculos como grupo y se organizarían mejor, como ocurrió con los comunistas de los años sesentas, por poner un ejemplo, o como ocurre con los narcotraficantes, quienes han construido toda una cultura delictiva, pero solidaria entre sí, al interior del grupo, lo cual no ocurriría si se legalizara el consumo de la marihuana y otros fármacos, aunque debidamente reglamentado.
PPGAVI escribió a En Caliente este comentario: “LOS GRAFFITEROS SÓLO SON GENTE DESADAPTADA QUE BUSCA CÓMO MNOSTRAR SU CORAJE ANTE LA SOCIEDAD”.
Como quien dice, la sociedad es responsable también de su existencia. Y, claro, ¿de dónde surgen pues, si no de la sociedad?
Los graffiteros son hijos nuestros, son nuestra creación, los hicieron sus padres y madres, con sus propias manos, no sé si con su amor o si por falta de éste, pero no hay de otra: son resultado de cómo estamos hoy organizados.
Así como los corruptos de nuestros diputados, alcaldes, senadores, gobernadores, etcétera, son resultado de nuestra propia descomposición moral como sociedad, así también nuestros delincuentes de cuello sucio y manos manchadas, nuestros asaltantes, y nuestros graffiteros, son hijos de la sociedad actual donde vive usted y vive la Sari y mis hijos.
Mandujano, otro visitante de la página de En Caliente, escribió así: “LOS GRAFFITTEROS SON UNA CULTURA ALTERNATIVA MAL CANALIZADA., ESTÁN MAL ELLOS COMO ACTUAN, Y PEOR AUN NOSOTROS POR EL COMO LOS PERCIBIMOS, DEBEMOS ENCONTRAR ESA CONVERGENCIA PARA NO VERLOS MAL”.
Ahí está. Busquemos soluciones, no descalifiquemos, busquemos alternativas, no censuremos, construyamos propuestas, no mecanismos de represión y extinción.
Por favor, estamos ya en otra era, ¿no debiéramos ir actualizándonos? ¿No acaso vamos evolucionando?
Saludos a Ismael Brito. Por ahí me enteré, pero no es oficial, de una buena noticia: ya Brito mandó pagar su deuda. Vamos estar pendientes si eso se dio finalmente, para darlo a conocer. Un comentario agregado a esto: la cosa no son los dos mil pesos, que a unos les puede parecer poquito, a otros poco, a unos más mucho, a unos inalcanzables, aunque para el diputado Brito es una verdadera vagatela e insignificancia. El asunto es la falta de compromiso, la falta de palabra, y la estupidez de, teniendo unos ingresos tan altísimos e insultantes, no quisiera terminar de finiquitar una deuda de dos mil pesos. Yo contraje una deuda con Rafa Ruiz, de 170 mil pesos, y ahí la llevo, me faltan 50 mil. Me súper arde la cara cuando me paso varios meses sin pagar, y me da tremenda alegría llegar a abonar diez o veinte mil pesos, siempre disculpándome por no juntar la paga para cubrir el adeudo, de modo oportuno. ¿Al diputado Brito no le ardía la cara cuando llegaba el periodista a cobrarle? Además, vos Brito, si hubieras pagado a tiempo nadie se habría enterado de las mañas aplicadas para ganar la diputación, es decir, pagar tu publicidad de campaña con dinero del ayuntamiento, siempre según el decir del colega afectado. Esos manejos ya los conocemos desde hace decenios, pero no era necesario sacarlo a la luz pública, y, peor, ofrecer un ejemplo de ese proceder ilegítimo e inmoral. Discúlpame Brito, por favor, vos me mentaste la madre, yo te la rompí. Ya te llovió duro. ¿Se convertirá la mentada de máuser en algo peor? Cualquier cosa, sabes cómo y dónde localizarme. Pero si ya pagaste, yo hasta ahí dejo las cosas. Cuídate, diputado, pórtate bien, paga tus deudas; si tomas trago, invita; si invitas, no dejes pagar al otro; y si paga el otro, ojalá sea con dinero bien habido.
Uno, por ejemplo, dijo que la idea de brindarles espacios propios y exclusivos para los graffiteros donde ellos produjeran sus escritos sería muy buena, pero no sólo en Comitán, sino en todos los municipios.
De alguna manera esta propuesta tiene un parecido a la legalización al aborto.
¿Por qué?
Porque aunque el aborto está prohibido, de todos modos se practica, y en varios millones de casos al año en el país.
Pues la misma cosa, el graffiti está prohibido, penado, de todos modos se practica, y en varios millones de paredes del país.
En cuanto al aborto, si se legalizara, seguramente se evitarían en un 95 por ciento de los más de 150 mil casos de muertes de mujeres mexicanas, como resultado de su práctica clandestina en el país.
Y de las bardas pintarrajeadas, si se buscara canalizar en bardas exclusivas la actividad de los graffiteros, posiblemente las paredes de los particulares dejarían de ser impunemente agraviadas. No sería legalizar el graffiti, sería canalizarlo a paredes públicas exclusivas para esa actividad, a cambio, precisamente, de dejar en paz las casas de los vecinos.
Eso implicaría, quizá, que en cada barrio el ayuntamiento disponga de una pared para los graffiteros, las cuales podrían solicitar con los vecinos, o bien construirlas en aquellos terrenos baldíos, no bardeados, generando doble beneficio, previo convenio, por supuesto.
Si esta idea no cuadra, se pueden generar otras propuestas, pero con el mismo fin: bajar el índice de paredes y casas graffiteadas.
Sin embargo, hay opiniones en contrario.
Hay quienes dicen: “NO, LOS GRAFFITEROS SON DELINCUENTES Y HAY QUE PRENDERLES FUEGO”.
Otros los llaman simplemente vagos sin oficio ni beneficio.
“LA VAGANCIA NUNCA, Y LA INDOLENCIA JAMÁS, SERÁN UNA CULTURA ALTERNATIVA, NUNCA UNA SOCIEDAD DEBE DE CONVIVIR CON QUIEN ALTERA LA MORAL Y LAS BUENAS COSTUMBRES. HAY QUE RECORDAR QUE LO QUE HACEN ESOS MALVIVIENTES MOLESTA A LA SOCIEDAD”.
El problema es el siguiente: nos toca convivir con ellos. No hay de otra. Ahí están, muy cerca de nosotros. No deberíamos ser tan excluyentes y segregacionistas.
Bueno, ni siéndolo conseguimos nada importante, salvo caer en la represión autoritaria.
Y si les cae la mano dura del gobierno encima, no por eso van a dejar de manifestarse. Aún en la cárcel lo seguirán haciendo, y cuando salgan a las calles reincidirán una y mil veces: es su cultura, su forma de interactuar con el mundo.
Inclusive si la represión es mayor ellos fortalecerían sus vínculos como grupo y se organizarían mejor, como ocurrió con los comunistas de los años sesentas, por poner un ejemplo, o como ocurre con los narcotraficantes, quienes han construido toda una cultura delictiva, pero solidaria entre sí, al interior del grupo, lo cual no ocurriría si se legalizara el consumo de la marihuana y otros fármacos, aunque debidamente reglamentado.
PPGAVI escribió a En Caliente este comentario: “LOS GRAFFITEROS SÓLO SON GENTE DESADAPTADA QUE BUSCA CÓMO MNOSTRAR SU CORAJE ANTE LA SOCIEDAD”.
Como quien dice, la sociedad es responsable también de su existencia. Y, claro, ¿de dónde surgen pues, si no de la sociedad?
Los graffiteros son hijos nuestros, son nuestra creación, los hicieron sus padres y madres, con sus propias manos, no sé si con su amor o si por falta de éste, pero no hay de otra: son resultado de cómo estamos hoy organizados.
Así como los corruptos de nuestros diputados, alcaldes, senadores, gobernadores, etcétera, son resultado de nuestra propia descomposición moral como sociedad, así también nuestros delincuentes de cuello sucio y manos manchadas, nuestros asaltantes, y nuestros graffiteros, son hijos de la sociedad actual donde vive usted y vive la Sari y mis hijos.
Mandujano, otro visitante de la página de En Caliente, escribió así: “LOS GRAFFITTEROS SON UNA CULTURA ALTERNATIVA MAL CANALIZADA., ESTÁN MAL ELLOS COMO ACTUAN, Y PEOR AUN NOSOTROS POR EL COMO LOS PERCIBIMOS, DEBEMOS ENCONTRAR ESA CONVERGENCIA PARA NO VERLOS MAL”.
Ahí está. Busquemos soluciones, no descalifiquemos, busquemos alternativas, no censuremos, construyamos propuestas, no mecanismos de represión y extinción.
Por favor, estamos ya en otra era, ¿no debiéramos ir actualizándonos? ¿No acaso vamos evolucionando?
Saludos a Ismael Brito. Por ahí me enteré, pero no es oficial, de una buena noticia: ya Brito mandó pagar su deuda. Vamos estar pendientes si eso se dio finalmente, para darlo a conocer. Un comentario agregado a esto: la cosa no son los dos mil pesos, que a unos les puede parecer poquito, a otros poco, a unos más mucho, a unos inalcanzables, aunque para el diputado Brito es una verdadera vagatela e insignificancia. El asunto es la falta de compromiso, la falta de palabra, y la estupidez de, teniendo unos ingresos tan altísimos e insultantes, no quisiera terminar de finiquitar una deuda de dos mil pesos. Yo contraje una deuda con Rafa Ruiz, de 170 mil pesos, y ahí la llevo, me faltan 50 mil. Me súper arde la cara cuando me paso varios meses sin pagar, y me da tremenda alegría llegar a abonar diez o veinte mil pesos, siempre disculpándome por no juntar la paga para cubrir el adeudo, de modo oportuno. ¿Al diputado Brito no le ardía la cara cuando llegaba el periodista a cobrarle? Además, vos Brito, si hubieras pagado a tiempo nadie se habría enterado de las mañas aplicadas para ganar la diputación, es decir, pagar tu publicidad de campaña con dinero del ayuntamiento, siempre según el decir del colega afectado. Esos manejos ya los conocemos desde hace decenios, pero no era necesario sacarlo a la luz pública, y, peor, ofrecer un ejemplo de ese proceder ilegítimo e inmoral. Discúlpame Brito, por favor, vos me mentaste la madre, yo te la rompí. Ya te llovió duro. ¿Se convertirá la mentada de máuser en algo peor? Cualquier cosa, sabes cómo y dónde localizarme. Pero si ya pagaste, yo hasta ahí dejo las cosas. Cuídate, diputado, pórtate bien, paga tus deudas; si tomas trago, invita; si invitas, no dejes pagar al otro; y si paga el otro, ojalá sea con dinero bien habido.
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