Pues sí, fue una mentada galana vía mensaje de celular, dicha como lo expresa cualquier hijo de vecina verdulera, con el perdón de éstas, que luego tienen hijos más educados que el diputado Brito.
Vos Brito. Ese mensaje tuyo lo recibí el día 16 de noviembre, a las 4 de la tarde con diez minutos. El número de celular que envía es el 9616524859. Cualquiera puede checar que este es tu número, aunque igual podés ir a cambiarlo hoy mismo, o darle de baja, da lo mismo.
Unos minutos antes me habías hecho algún reclamo, que no negué ni afirmé, pero luego mejor le entré al toro por los cuernos y te dije:
“Sí, yo fui, yo lo hice, y el motivo fue que un amigo periodista, enfermo, me pidió apoyo y se lo di”.
Y entonces vino tu respuesta tan galanota.
Te aventaste un diez, compadre.
Enseñaste el cobre.
Mirá, compa, no voy a relatar ahora cuál fue el motivo de esta bronca, porque no se me antoja todavía. Prefiero ir dosificando el tormento chino.
Takal, takal, dicen los tojolabales, quienes saben controlar mejor sus impulsos.
Pero todo fue derivado de tu falta de palabra, y de humanismo también.
Ya vendrán detalles.
Pero ve, por si querés mandarme otra mentoteada, ahí te van mis números de celular: 9611667131, el de Tuxtla, y 9631004372, el de Comitán.
Pero si querés hacerme llegar tu recordatorio verdulero verbalmente lo hacés al segundo, al de Comitán, por favor.
Con afecto, y del bueno, Disraelí. Jijijiji.
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