La Central de Abasto "28 de Agosto" es una bomba de tiempo, dijo Martín Javier Hernández Rojas, líder de la Organización Democrática Independiente de Comitán (ODIC).
Cuatro incendios se han dado en los últimos tres trienios. Casi uno por año, pues.
En esos siniestros se han perdido miles de pesos, pero más allá de las cifras, se han perdido años de esfuerzos de gente que trabaja de forma honrada y presta importantes servicios para la sociedad.
La situación es delicada, y por eso desde hace 9 años la ODIC presentó la necesidad de poner ahí una Subestación Interna de Electricidad desde el trienio de Arnulfo Cordero Alfonso, lo mismo que en la administración de Rafael Ruiz Guillén, pero será Jorge Constantino Kanter quien haga realidad este proyecto. Ya el ayuntamiento, de hecho, tiene listo el recurso, sólo falta que la CFE haga su trabajo.
Esto vale la pena porque un mal día podríamos desayunar con la noticia de que 3 mil locales de la Central de Abasto se extinguieron por culpa de una gran conflagración.
30 millones de pesos podrían convertirse en cenizas, pero, más que eso, 3 mil familias quedarían sin un patrimonio construido a lo largo de muchos años.
Significarían nada más 6 mil personas desempleadas y desamparadas.
¿Por qué? Porque los cables de electricidad se han convertido en un verdadero peligro, pasan sobre las láminas, se cruzan entre sí, y cada quien se cuelga de donde pueda.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) sabe qué peligro representa. Ahora tiene la responsabilidad de resolverlo, de ser un poco más responsables.
El Ayuntamiento Municipal de Jorge Constantino Kanter autorizó ya los recursos necesarios para que se instale la subestación y renovar todo el cableado para la Central de Abasto, pero el proyecto debe ser autorizado por la paraestatal lo más inmediato posible, a fin de evitar nuevas desgracias.
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