Ah qué coscolinos son los tzimolenses, de veras. Una tras otra.
El Miguel Angel Morales Vives, por ejemplo, prefiere andar de bolo en la zona de tolerancia de Comitán, en su "Van Roja", que atendiendo gestionando recursos para la gente más pobre y desprotegida de Tzimol.
Precisamente de eso se quejan de la actual administración los sectores vulnerables, hoy más olvidados que nunca.
Ni pañales desechables para los viejitos quiere dar, menos algún apoyo en despensa.
Lo peor, es que en campaña prometió subirle a los viejitos su dinerito mensual que reciben del programa "Amanecer".
Como si el programa fuera municipal, le prometió a los ancianos que en lugar de 500 le daría 700 pesos al mes.
Y no sólo eso, sino también acompañó la promesa de una mentira: "A ustedes los de la tercera edad les están robando 200 mensuales, ese dinero se lo queda el actual presidente, el Martín y Doña Rosy", decía.
Y, contundente, afirmaba: "Cuando yo llegue a la presidencia no se le va a quitar ningún peso, los 700 pesos de Amanecer que ustedes debieran recibir hoy los van a recibir completos, ni uno más, ni uno menos".
El problema fue cuando llegó el primer pago mensual de "Amanecer", los viejitos durmieron un día con la esperanza de recibir una lana más, y despertaron al día siguiente con la cruda realidad: no había 200 pesos extras.
Credencial en mano le exigieron al alcalde que le hiciera realidad aquellas bonitas promesas, pero no hay por dónde ni con qué. Seguirán recibiendo esa misma cantidad.
Pero, aún más, hoy ese sector vulnerable, incluyendo las mujeres que son madres solteras, personas con discapacidad y otros más que viven en la extrema pobreza, no reciben ni el más mínimo apoyo.
"No hay recursos", responde el presidente.
Pero eso sí, bien que tuvo para invertir en la zona de tolerancia de Comitán. Porque yo no estoy diciendo que lo vieron bolo ahí porque haya llegado a quitarse un poco el "estrés", nooooo, ni Dios lo mande.
El señor, estoy suponiendo, probablemente fue a ver cómo estaba funcionando su negocio, y de paso tomó algunas "chelas", pues tomar no es malo, nomás hay que invitar.
Lo único cierto es que el ayuntamiento no está funcionando, o está sin apoyar a la gente que votó y lo eligió, mucho menos a quienes no lo hicieron. Hay, sin duda, inexperiencia y falta de coordinación.
LAS CALENTURAS DE SU SÍNDICO
Pero quienes sí se están coordinando bien son el Síndico Municipal, René Hernández Aguilar, y Flor de María Vázquez Méndez, tercera regidora propietaria de Tzimol.
Se les ve muy pegaditos, viajando de un lado a otro, en una camioneta gris, de Protección Civil. Ojalá esa "buena coordinación" no vaya a terminar con desintegración familiar, porque es el riesgo.
Sin la menor duda el René es todo un "coscolino". Pues si el jefe pone la muestra, los demás le siguen el ejemplo, aunque, viéndolo bien, quizá el alumno esté superando al maestro.
Lo cierto es que el Síndico Municipal, René Hernández Aguilar, es un semental o lechero suizo americano.
Desde la campaña mostró sus cualidades amatorias, en este caso con una chica, Sonia de
Como resultado de aquella relación la chica resultó embarazada, y de hecho acaba de nacer una hermosa niña, hija de ambos, para la cual deberá pasar una fuerte pensión el flamante responsable de la política interior y representante legal del municipio.
Por cierto esto lo escribo el domingo 2 de marzo, denominado Día de
Porque, hasta donde sé, debió alejarse de su esposa e hijos, por las calenturas surgidas al calor de la campaña con su secretaria.
Y ahí no lo encontré.
Y en las otras casas donde suponía que estaba, tampoco.
¿Dónde, con quién habrá festejado el Día de
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