Mientras tanto, en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) del Distrito VIII han pasado a una etapa nueva, al menos para ellos.
Ahora son gobierno, en varios municipios del Distrito.
Son gobierno en Chicomuselo, Independencia, Socoltenango, y cogobiernan en Comitán, Tzimol y otros que no vienen a mi mente.
Se podría decir, inclusive, que tienen mayoría de municipios bajo su dominio.
Pero a pesar de eso, la caballada amarilla se ve flaca, bastante famélica.
No parecen haber "calientes", y si los hay están agazapados.
Ignoro cómo se pondrán los ánimos mientras se vayan acercando las fechas para la designación de candidatos, pudiera alguno aparecer con ánimo de entrarle, o quizá más de uno.
Lo cierto es que parecen estar muy tranquilos, o quizá ocupados en ser gobierno.
No es lo mismo estar en el poder que luchar por él.
Quizá por eso el distrito ha venido viviendo calma chicha.
De hecho, de los municipios que integran este distrito todos viven una calma chicha, y de los dos que gobierna el PRI sólo Frontera Comalapa, del pobre Irán Guanerges Mérida Matamoros, está sufriendo fuertes convulsiones que inclusive podrían derivar en la desaparición de poderes, máxime que ahora se le han escurrido más regidores tricolores hacia la oposición.
Desde 1977, los político comitecos han venido dominando el escenario de las nominaciones y candidaturas en esta demarcación.
En la LVII legislatura (1977-2000) fue el comiteco Juan Carlos Gómez Aranda el afortunado, quien al término de su período fue mencionado para ocupar la Secretaría General de Gobierno de Pablo Salazar; se cebó y llegó Emilio Zebadúa González.
En la LVIII Legislatura fue otro comiteco, Roberto Javier Fuentes Domínguez (2000-2003) quien disfrutó las mieles del poder. No hizo nada, absolutamente nada como diputado, igualito que su antecesor, pero eso qué importa. Fue diputado y punto, hizo su lana, traficó con influencia, le dio de comer a su familia a costillas del pueblo.
Para la legislatura LIX fue un socolteco, Mario Carlos Culebro Velasco, el que se llevó el triunfo, a quien sólo se le recuerda por haberle mentido a los comitecos diciéndonos que por sus pantalones y pericia política había logrado un nuevo hospital para Comitán, y por algunas deudas de campaña que no pagó.
Y para la actual LX legislatura volvió por sus fueros Comitán, colocando en el Distrito VIII a Arnulfo Elías Cordero Alfonso, a quien posiblemente se le recuerde como el último diputado priista en esta larga etapa de dominio tricolor, porque se teme que entregará la estafeta a un diputado extraído de otras filas partidistas.
Porque, ¿qué tanto puede aportar el municipio Bella Vista con su alcalde priista, siendo un municipio tan pequeñito y tan mal gobernado? ¿Qué tantos votos priistas puede aportar el municipio de Frontera Comalapa con un alcalde tan mermado que ya ni si quiera se acuerda cómo llegar a su cabecera municipal porque tiene miedo acercarse, ante tanta inconformidad en su contra?
En cambio, el PRD tiene presencia y triunfos asegurados (aunque la última palabra se dice el día de la elección) en Chicomuselo, La Independencia y Socoltenango.
En Comitán y Tzimol, a su vez, los perredistas cogobiernan con el PVEM, y si bien es cierto que en La Trinitaria no alcanzaron la mayoría, perdieron por una mínima diferencia y por lo tanto están en segundo lugar, y pueden dar la pelea de manera significativa en ese municipio que por ahora gobierna el PVEM.
Sin embargo, es mejor que los perredistas se mantengan tranquilitos por ahora, administrando los recursos oficiales, mejor se tratan de hacer un buen papel para que la sociedad no los juzgue y mande para siempre al ostracismo.
De todos modos ya se sabe que las decisiones finales las toman allende las alturas, y los aspirantes a las candidaturas deberán ir a hacer su chamba allá, con los meros gerifaltes.
Y que no se agarren a las greñas, que no se coman entre sí, porque además ahora carecerán de una figura nacional que les impulse y acarree votos como ocurrió en la elección federal cuando Andrés Manuel López Obrador le ayudó a la Lolita Albores a acercarse de manera significativa a Don Arnulfo Cordero Alfonso.
Así que, por ahora, más vale que los aspirantes a la diputación federal vayan preparándose para hacer a un lado los pruritos ideológicos y, aun siendo del PRI o del PVEM, puedan alcanzar la nominación, primero, y luego la diputación federal.
De todos modos vale dejar el nombre y las fotografías de los alcaldes perredistas y aliancistas de este distrito, para que conozcamos quiénes tendrán que decidir y meterle paga oficial a la campaña federal rumbo a la diputación.
Chance y alguno de ellos pudiera colarse para, inclusive, ser el próximo diputado.
¿Quién dice que no se puede? El canibalismo perredista, es el único que le dice a los perredistas que no, que nanay.
sábado, 13 de septiembre de 2008
¿Ganará el PRD en el Distrito VIII?
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