Para cumplir un poco con las chavas también, que andan reclamando que sólo pasamos material para caballero, aquí les va un chamacón; ahí no puedo decir la gran cosa porque en primer lugar no me sale, y en segundo si le pongo piropos van a decir que soy “soplanuca” o puñal, que es pior. Entonces ustedes digan que onda.
La cosa es que este compa es un buen proyecto político y yo ya lo tengo bien visto. Es más, estoy tan seguro que va a ser diputado que hasta ya le pedí chamba.
El se llama Carlos Kramsky, es abogado y con maestría en derecho constitucional, por si acaso también es estudiante de la licenciatura en historia, pero lo mismo da clases de vals para jovencitas que cumplen sus 15 años (ahí están sus calenturas también), y para ganar más paga por ahora trabaja en el Congreso del Estado como asesor de un diputado, además de asesorar a egresados que andan con las broncas de su tesis, es maestro de una preparatoria, es maestro de los plantoneros. También se ha metido a los medios de comunicación, con experiencia en radio, y es columnista de la revista INN MAGAZINE.
Es, comadres, sólo un pequeño quemoncito de sus virtudes. En cuanto a sexualidad el joven habla por sí solo con su juventud y anda disponible, a la orden, puesto para el sacrificio.
Cuando yo le pedí chamba como Director de Comunicación Social del Congreso del Estado (porque va a llegar a ser Presidente de la Junta de Coordinación Política el señor) me dijo que no, que nada.
Cuando le pedí chamba de aviador, me dijo que no, que nada, que precisamente está contra las aviadurías.
Y cuando le di mi última opción, la de ser su asesor, su respuesta fue “tampoco”.
Entonces le dije: “pues si no me vas a jalar no te publicaré nada en En Caliente”.
Y me reviró: “No joven (de veras, así me dijo), usted será mi SEXMANAGER”.
De plano que me dejó de seis.
Entonces, ante mi cara de “WAT”, me dijo: “usted se encargará de manejar los asuntos de mis mujeres, las edecanes, los cueros, las pielecitas”.
Con que esa es la chamba del SEXMANAGER y yo no lo sabía.
Como quien dice, ya no escribiré En Caliente, sino operaré los asuntos de las calenturas del nuevo jefe. Habrá de localizar a las chicas, conducirlas, llevarlas a los lugares acordados, acordar con ellas las cotizaciones, facturas, pagarles, y todo.
Que estén bien atendidas, para que atiendan al señor.
Me dijo también que a los periodistas más fregones se les ofrecerá el mismo tipo de “apoyos”, y que se incluirá entre mis responsabilidades, habiendo de coincidir algunas veces, para compartir complicidades.
Yo no sé si exista ese tipo de chamba y cómo venga registrado en la nómina, pero suena interesante.
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