lunes, 26 de febrero de 2007

FE DE ERRATAS Y REGAÑADA AL CALIENTE

Ah que regañada me pegó la señorita Guadalupe Albores.

Ella trabaja para el Sistema Chiapaneco de Radio y Televisión (es funcionaria del Gobierno del Estado), algo así. Opera en la radiodifusora de Zapaluta, cuyo comercial no incluyo completo porque cuesta mucha paga, y me llamó desde el teléfono 6362473.

Pero en serio estaba furibunda, enojadísima, a punto del paro cardíaco, yo sentía en el celular el olor de la adrenalina con la que me hablaba, porque aunque a los humanos no nos está dado percibir esos aromas, en esta caso sí porque era muy fuerte.

Bueno, ni mis disculpas aceptó.

“Es el peor periódico”.

“¡Qué lástima de impresión”.

“Es una basca”, etc.

Ya no me acuerdo qué tanto descalificativo le endilgó al podrecido de El Fronterizo del Sur.

Y no lo recuerdo porque de plano perdí el conocimiento del puro susto, ante semejante madrina.

Cuando desperté (como a los 5 minutos) de ese descanso involuntario me puse a redactar esto, todavía afectado.

Me dijo la Lupe que una nota del 23 de febrero, de una exposición de mi amigo Raúl Espinosa Mijangos, no la redactó ella. La nota, dice la Lupita, contiene un error ortográfico. Y ella no comete errores ortográficos. Lo creo. Si ella me lo dice lo creo.

Lupita había llamado a mi celular desde el jueves o viernes de la semana pasada (aún sigo aturdido), para que se incluyera una fe de erratas, aclarando esto que medio estoy realizando en esta columna.

Y sin duda con mucha razón dijo que de plano no le tenemos el menor respeto a los lectores, por decir lo menos agresivo, porque no pusimos la fe de erratas solicitada.

Cuando después de mucho insistirle que estaba yo de rodillos implorando su perdón, me dijo, perdonándome la vida: “bueno, está bien, acepto sus disculpas”, con otros agregados de su encabronamiento hacia el Director General de El Fronterizo del Sur.

Gajes del oficio. Cómo no me llama pues el Lobato, el Ramiro Aguilar, la Toya o el calenturiento del Fredy, o bien el Padre Nati de Frontera Comalapa.

Échenle. Aprendan de una valiente mujer.

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