Un grupo de periodistas llegó a las instalaciones del PRI estatal y fue recibido con palabras soeces por un diputado local, ampliamente conocido por su irascibilidad. Palabras más o menos les dijo: "ahí vienen a peinarnos ya". En respuesta, un reportero dijo: "usted es más peinador, peina en cantidades más grandes, y lo hace también con los alcaldes de su distrito, a quienes usted les está pidiendo dinero para su campaña.
Algo así como "el comal le dice a la olla". Pero, en fin, ese intercambio de palabras fue suficiente para que el legislador se lanzara contra el comunicador, quien para ese momento ya estaba grabando todos los dimes y diretes.
Peor tantito, porque el diputado no sólo fue a golpearlo (y a punto estuvo de ocasionar una desgracia, porque en uno de los golpes el comunicador fue a dar contra los cristales, y si éstos se hubiesen roto pudieron ocasionar su muerte, por dos cosas: o le rompen toditita su anatomía los cristales rotos, o se va al vacío, varios metros abajo, y hubiera muerto.
Pero aparte de eso, el diputado se lanzó contra su equipo de trabajo, tomó la grabadora y la azotó con todas sus fuerzas al piso para romperla (logrando su objetivo), y no contento con eso tomó el casete para destrozarlo, a fin de desaparecer toda huella.
Ahora el diputado enfrenta una demanda penal, por lesiones, insultos, daño en propiedad privada, entre otros. Por cierto, el diputado aludido fue candidato a diputado federal, y ganó la elección, aunque usted no lo crea.
PELUQUERIA BARATA
Pero, analizando el asunto, cabe decir que este mundo pareciera ser el mundo de los peinadores. Todos peinan a todos. Vivimos en una enorme peluquería. Ahora verán por qué.
Un amigo, por cierto, le dijo a otro cuate suyo, que deseaba ir a visitarlo. "Aquí estoy en mi peluquería", le contestó.
¿Dónde queda tu peluquería?, preguntó el visitante.
En la novena norte y 5ª poniente, casi esquina con la sexta, ahí está.
Al llegar a la sexta poniente entra el amigo visitante a una sala de belleza espera y espera, unos 30 minutos para que el amigo asomara por sí solo.
Al cabo de ese tiempo pregunta por su cuate, al que busca y desea saludar.
"Aquí no vive esa persona", le dijeron.
Entonces vuelve a llamarle y a reclamarle del por qué le da una dirección equivocada.
El otro le precisa: mi casa es color azul, tiene un balcón hermoso, hay una camioneta amarilla enfrente, etc.
Mientras escuchaba, el visitante encabronado se dio cuenta que le estaban describiendo la casa de enfrente, y decidió ir a tocar, y quien le abrió fue el que le estaba hablando por teléfono, su amigo peluquero.
Entonces le reclama: "¿No dijiste que estabas en tu peluquería?
Pues sí, le respondió, esta es mi oficina, soy periodista, aquí peino a todos los políticos, le respondió.
PELUQUERIA CARA
Otros que son peluqueros, dice la prensa, son los legisladores. Éstos suelen granjearse la amistad de quienes viven en el poder, sean alcaldes, gobernadores, secretarios de estado, etc.
Ahí llegan a pedir y pedir apoyo para sus campañas políticas, para conseguir algo a los líderes de sus organizaciones, o simplemente para su familia o para ir a tomar trago.
¿Quiénes más peinan a los alcaldes, gobernadores, secretarios de estado?
Los líderes sociales. Éstos suelen crear movimientos sociales para convertirlos en verdaderos peines. Cada lucha o movimiento social termina en el otorgamiento de alguna canonjía. Cuántos líderes sociales tienen sus celulares rellenos de crédito, gracias a lindas y poderosas amistades. Pero no sólo les llenan los celulares de crédito, también les dan concesiones, obras, etc. Y además éstos también peinas a sus dirigidos.
PELUQUERIA MAS CARA TODAVIA
Y los alcaldes, gobernadores, secretarios de estado no peinan? Por supuesto que peinan. Vivimos en una enorme peluquería.
Los alcaldes, gobernadores, secretarios de estado peinan a las constructoras, consultoras, empresas en general, que requieren de su firma. Por lo menos les quitan el 10 por ciento, pero a veces es más la merma que les hacen. Pero ellos peinan más chidamente. Si en un ayuntamiento se manejan, al año, 100 millones de pesos, el peine anual para el alcalde es de diez millones nada más. Diez millones de pesos. En un año el salario de un alcalde puede llegar a los 500 mil pesos, si es de regular tamaño. ¿Y que tal lo que maneja un gobernador? ¿Y lo que autoriza un presidente de la república?
EL TRASQUILADO
Al final de cuentas, el que viene a ser la última víctima de todos los peluqueros de este mundo corrupto, es el pueblo, es a quien todo mundo peina.
Por eso el pueblo está tan jodido. Por eso los cinturones de miseria. Por eso la pobreza extrema se cuenta en millones de familias mexicanas. Gracias al peine. A los peluqueros, con el perdón de los auténticos peluqueros.
EXCEPCIONES
Como en todo, hay excepciones. En los periodistas, en los legisladores, en los alcaldes, en los gobernadores, en los líderes.
3 comentarios:
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