martes, 21 de abril de 2009

¿Intervendrá ERA para quitar el VETO a las campeonas comitecas?







A los misóginos del deporte comiteco, Armando Avendaño Rivera, Coordinador del Deporte Municipal y Rubén Aguilar León, Presidente de la Liga Municipal de Voleibol, quisiera invitarlos a trabajar honradamente. Porque eso de “quedarse” con los premios destinados a los campeones o campeonas, no es nada ético.

¿Buscaran otra forma de “reunir quinquirrines”?, no como lo hicieron con los premios.

Pudiendo trabajar honestamente, vendiendo periódicos en el boulevard, o lavando carros, o vendiendo jitomates, o de ayudantes de albañil, o dando clases en alguna escuelita, o lavando ropa en alguna casa, o vendiendo quesadillas frente a alguna escuela primaria o secundaria, cualquier trabajo digno, honesto, pues, pudiendo optar entre varias alternativas, decidieron un camino nada plausible. Eligieron ensuciarse las manos.

“Un poquito de vergüenza les hace falta”, dirían allá en mi tierra, Emiliano Zapata, municipio de Bella Vista.

Si en la convocatoria dijeron que los premios consistían en gorra y un par de calcetas, o lo que fuera, para cada integrante del equipo, ¿Para qué negárselo al final del torneo?

¿Para ir a repartir los premios con los niños y las niñas pobres?

Mi abuelita quizá les hubiese creído.

Ah, pero, lo peor no fue haberse robado los premios, para nada. Eso sólo fue la punta del iceberg.

Lo peor fue el haber castigado a las campeonas, nada más que a las mejores deportistas en la justa; quienes debían ser condecoradas y laureadas, recibieron singular castigo: vetarlas.

Si supuestamente su propósito es promover la práctica del deporte y elevar su calidad o competitividad, ¿Por qué hacen exactamente lo contrario? ¿Qué tal quisiéramos seleccionar al mejor equipo para representar a Comitán en un campeonato estatal? ¿Por qué en lugar de enviar al equipo campeón se habría de mandar a quienes quedaron en segundo o tercer lugar?

Creo que en mi tierra a eso le llaman estupidez, algo así, aunque un amigo prefiere otro adjetivo: tarupidez.

Mejor que se dediquen a otra cosa. Que mejor promuevan la construcción de una banda delictiva, con esa fuerza y ese liderazgo que tienen, la harían muy bien.

¿De dónde sacaron la sanción a las campeonas? ¿En base a qué? ¿No existe pues un reglamento? ¿De dónde sacaron ese castigo?

Bueno, ¿Por qué no dicen qué línea o qué artículos de su reglamento violaron?

¿Por qué sacan de la manga la sanción?, ¿Y qué realmente fue lo que castigaron?

O sea que no solamente les robaron el premio. Están robándole las piernas, las manos, los puños, los pulmones, el corazón y el espíritu de las deportistas comitecas.

Recientemente platiqué con el Presidente Municipal de Comitán, Eduardo Ramírez Aguilar (ERA), sobre este tema, porque se trata de una injusticia, se mire por donde se mire.

Obviamente le pedí su intervención, para hacerle justicia al deporte comiteco y para que no se sigan cometiendo estos atropellos.

Su respuesta fue que una liga deportiva es independiente del Ayuntamiento, sea de fútbol, básquetbol, voleibol, etc. De ahí que no pueda incidir, porque el presidente de la liga, Rubén Aguilar León, no es subordinado suyo. Tiene razón.

Pero respondí que, guardando las proporciones, este era un caso similar al de la Selección Mexicana de Fútbol, y la posición del Presidente de la República, Felipe Calderón.

La Federación Mexicana de Fútbol, la Comisión de Selecciones Nacionales, etcétera, no son estructuras administrativas que dependan del Gobierno Federal.

Sin embargo, antes del partido de México contra Honduras, Calderón Hinojosa realizó una llamada telefónica a Javier Aguirre para que asumiera el timón y se pusiera “la verde” en el caso de que México no le ganara a los hondureños.

Y no sólo no se le ganó a Honduras, sino que perdimos por goleada.

El resultado: Javier Aguirre ya es el seleccionador mexicano.

¿Tons?

Una llamadita telefónica de 4 minutos podría devolverles a las campeonas comitecas y al deporte en general de este municipio una parte importante de lo que hoy están perdiendo ante la tarupidez de las personas implicadas en este escándalo: Armando Avendaño Rivera y Rubén Aguilar León.

Que lo haga por el deporte de Comitán.

Pero, además, que no se les obligue a las deportistas que denunciaron el hecho de corrupción ofrecer una disculpa pública por haber hecho la denuncia.

¿De qué quieren que pidan perdón? ¿De no morir calladas? ¿De no dejar pasar los atropellos en su contra? ¿De no haber aceptado humildemente el desprecio manifiesto de los directivos? ¿De haberse levantado cuando encontraron todos los otros caminos cerrados? ¿De haber demostrado al resto de Comitán que la dignidad humana vive aún y está en la mitad más bella de los comitecos? ¿De no rendirse? ¿De no venderse?

Como escribiera el Sub Comandante Insurgente Marcos:

¿Quién tiene que pedir perdón y quién puede otorgarlo?

Por cierto, ERA prometió intervenir, después de Semana Santa. Y Semana Santa ya terminó. Fsur.

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