Por cierto esas son las broncas de Eduardo Ramírez Aguilar en Comitán. ¿Pudiera darse el caso de registrarse como candidato del PRI a la presidencia municipal? ¿Es creíble la versión de una invitación de Arnulfo Cordero Alfonso para asumir la candidatura del PRI a la silla edilicia? ¿Puede AECA hacer tal ofrecimiento? ¿O simplemente fue una invitación a incorporarse a ese instituto político como militante? ¿A quién le hace bien la incorporación del ERA al PRI? ¿Ese coqueteo del pasado puede fructificar esta vez?
Eduardo Ramírez Aguilar ha venido sufriendo aquellas indecisiones de su amigo Arnulfo Cordero, cuando tenía sus flechas encontradas, bautizadas como las “flechas de la indecisión”, idénticas a las de la Gasolinera Comitán.
Primero buscó la diputación federal por la Alianza PRI-PVEM, y se frustró, le ganó la partida Don AECA.
Después encaminó sus baterías a la diputación local por el PVEM, pero plurinominal. “Ya es mía”, decía, no obstante saber aquel refrán de la caída de la sopa cuando está a punto de llegar a la boca, por movimientos telúricos partidistas.
Alguien debió haberle comido el mandado y abandonó ya el proyecto de la diputación local plurinominal y ahora va por la presidencia municipal.
¿No irá a dar el bandazo más tarde y pretender la diputación local uninominal, pero por el tricolor, y enfrentársele a Jorge Constantino Kanter?
Todo puede suceder, pero el ERA no debe olvidar aquello del perro de las dos tortas.
A enderezar las flechas, compadre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario