miércoles, 23 de agosto de 2006

Este "we" será diputado local.

Este "we" será diputado local. Ya lo veo, ya lo veo. Y lo veo porque, a pesar de los pesares, sacó la casta. En su distrito sancristobalense coadyuvó al triunfo sabinista. Era de los focos rojos, igual que Comitán, y terminó siendo amarillo, pero no por alarma, sino porque ganó ahí la Alianza por El Bien de Todos. Buena por esa, Lobato.

Eso sí, tiene la tarea de parar en seco a un fulado que anda por ahí jalándosela , en busca de la presidencia municipal de San Cristóbal. Le voy a dar los datos por si quiere echar la mano.

Se apellida Díaz Ochoa, pero no es diputado, aunque tiene ganas de serlo, siguiendo los pasos de su hermano.

Pero, precisamente siguiendo ese caminito, primero quiere ser alcalde sancristobalense. Se llama Ricardo, carnal del ahora diputado Mariano, a quien, visto está, quiere convertise en una Agencia Familiar de Colocaciones.

Yo no sé cómo le iría a los coletos, pero estoy segurísimo de una cosa: a los Díaz Ochoa les iría bien, a todos los Díaz, a todos los Ochoas, con vínculos de sangre con estos dos personajes.

Ya me imagino cuántas obras habrían para la empresa de Mariano.

Hasta me están dando ganas de convertirme en socio aunque minoritario de la empresita esa. ¿No me darán chance?

Bueno, por si acaso, estoy a la orden.

Pero, precisamente por eso, señor Don Sergio, échele usted una manita al pueblo. Como ya me estoy involucrando con los constructores, al menos en esta columna,vale la pena que "no nos deje pasar".

¿Está usted de acuerdo conmigo?

Sale, quedamos.

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