jueves, 5 de julio de 2007

Calenturiento reitera agradecimiento por atención del Nuevo Jefe Jurisdiccional







Este calenturiento escribidor de los aconteceres políticos se anda inflando de contento y orgullo porque hace un tiempo fue atendido por el médico José Rubén Arturo Sánchez López, traumatólogo del Hospital de Comitán “María Ignacia Gandulfo”.

¿Por qué tanta hinchazón?

Porque Rubén Sánchez es ya el flamante Jefe Jurisdiccional en la región fronteriza.

El 14 de marzo me curó mi manita, le puso una férula, porque se había fracturado el huesito viejito.

Qué amabilidad del señor, en serio. Y precisamente por eso lo propusieron para el cargo, pero, obviamente, no es sólo por eso, sino también por su capacidad profesional.

Ya sé, escribir esto no es revolucionario, pero es cierto. De hecho, quienes conocen al Doctor Sánchez no me dejarían mentir, y que levante la mano aquel que opine lo contrario, me envíe un correo y diga su punto de vista y si quiere me miente la máuser.

Y ya el doctor Sánchez hubiera estado despachando desde hace rato si el médico al que sustituyó no se hubiera aferrado tanto al hueso.

No vaya a ocurrir que ante la politización que Agustín Argüello Ortiz hizo de esta transición se polaricen las posiciones y se enrarezca aún más el asunto, convirtiéndose en un problema.

Con la llegada de un nuevo jefe jurisdiccional en esta nueva administración los trabajadores estarán estrenando jefe tres veces, en escasos 7 meses.

Al primero, al negro, al de la sonrisa difícil, lo corrieron por eso: que porque es “negrero”, que porque exige mucho trabajo.

El nuevo que había llegado quizá sonreía más, pero tuvo sus detallitos, y ya concluyó su tiempo ahí.

Por eso llega un nuevo elemento, el doctor José Rubén Arturo Sánchez López, quien podrá darle estabilidad institucional y empuje a los trabajos que se deben desarrollar en esta institución.

A menos que el doctor Agustín Argüello Ortiz amenace con pegarse un tiro en la cabeza y, en ese caso, para evitar una muerte, lo regresen al cargo.

Muchas felicidades, doctor, aunque yo no me puedo felicitar de eso, pues, ¿quién va a cuidar de mi manita desconchavadita? La región fronteriza gana un buen jefe jurisdiccional, pero yo pierdo a mi traumatólogo.

No hay comentarios:

EN OPINION DE