Mario Aguilar

Mario Aguilar no es un tipo de modales finos, pero es suertudo, además de algún liderazgo en los ejidos de La Trinitaria contó con el apoyo del ayuntamiento municipal y por eso ganó. Se le ha señalado, por sus propios conciudadanos zapalutecos, de ser una persona no apta para ocupar ningún cargo en el gobierno, porque tiene antecedentes penales por delitos de fraude, entre otros. Un servidor público debiera tener una hoja de servicios intachable, aunque pareciera que para ser alcalde o diputado hay que contar con órdenes de aprehensión en su contra. Hay documentación como pruebas de sus denuncias y que pueden solicitar con algún cuate en instancias del ramo penal, por lo cual han dicho: "Mario Aguilar es un peligro para el municipio de La Trinitaria". Sus delitos, o presuntas actitudes delictivas están vinculadas a lo que los abogados denominan "FRAUDE ESPECÍFICO" previsto y sancionado por los artículos 199 Fracción III y 2000 Fracción I del Código Penal Vigente en el Estado, esto en agravio de Samuel López Calvo, aunque por el tiempo el delito haya preescrito. A mí me vinieron a entregar una copia fotostática de una orden de aprehensión en contra de Mario Aguilar Guillén, a quien se busca por la probable responsabilidad de delito de PRIVACION ILEGAL DE LA LIBERTAD, que prevé y sanciona el artículo 146 del Código Penal Vigente en la Entidad, cometido en agravio de CARALAMPIO AGUILAR MORALES.. De hecho solicitaron que sea detenido y recluido en el Centro de Prevención y Readaptación Social Número diez, de Comitán. De hecho la publicación de sus broncas con la justicia ocasionó que el ahora candidato zapaluteco amenazara con linchar a un vendedor de periódicos de conocido rotativo de Comitán, Luís Gabriel Mérida Marroquín. El voceador, quien fue a vender periódicos a su misma comunidad, fue retenido por el propio precandidato a la Presidencia Municipal de La Trinitaria con el apoyo de un grupo de seguidores del mismo, cuando realizaba su trabajo de ofrecer el periódico con denuncias en contra del político zapaluteco. Su molestia derivó que los pobladores compraban ejemplares del matutino, desencadenando su furia y la de sus seguidores, por lo que al verlo vendiendo "in franganti", como si fuera un delito le persiguieron hasta darle alcance, y lo subieron de forma prepotente a la camioneta del política, rotulada con su eslogan de campaña. Inclusive, el voceador, mejor conocido como "El Gritón", fue golpeado por el aspirante a la candidatura priista, además de lanzarle amenazas de ser linchado en la plaza pública del lugar si persistía en seguir ofreciendo los ejemplares en ese lugar. El trabajador del rotativo comiteco, inclusive, fue mantenido en calidad de secuestrado o retenido en flagrante violación a la ley, por lo que al día siguiente el político zapaluteco fue demandado penalmente una vez más (una rayita más al tigre), en este caso por el probable delito de retención ilegal o secuestro, asociación delictuosa, violación de las garantías constitucionales del voceador y los que resulten.

QUE VENGAN LAS DEMANDAS PENALES POR DIFAMACIÓN Y CALUMNIA

De los demás candidatos tricolores que resultaron ganadores el pasado domingo seguiremos hablando en los próximos día, y lo mismo haremos de sus adversarios, uno por uno, para que la gente vaya conociéndolos y decidan, mejor informados, a quién elegir para que gobierne sus destinos o administre sus recursos.

Y recuerden, en política el pasado es presente o lo sacamos del baúl de los recuerdos nosotros los malosos, los que disfrutamos de exhibir los trapitos al Sol de los políticos como si algo nos hubieran hecho los señores o señoras. Nada que ver. Sólo que es nuestro mejor deporte, evidenciar lo evidenciable jejeje.

Ah ver si no me vuelven a demandar penalmente por difamación y calumnia. Se vale, pero es más recomendable que me agarren a cocotazos, puntapiés o balazos, porque desafortunadamente para ellos la ley está a mi favor y por esa vía no alcanzarían nada, y sí, en cambio, una furibunda respuesta mía, como lo sufriera una chica en cierta parte de la región fronteriza. Hay jurisprudencia, pues jijijiji.