domingo, 16 de noviembre de 2008

“Voy a ser presidente municipal”: Morales Liévano




Marco Antonio Moralies Liévano, el regidor plurinominal priista, dice que será presidente municipal de Comitán.
“Voy a llegar”, sostiene.
La charla se da en el café de la panadería “La Flor de México”, cuando el político comiteco busca a este columnista para ofrecer su amistad.
Lo entiendo, los políticos quisieran que todos los periodistas fueran amigos suyos, aunque éstos, es claro, quisieran que todos los políticos fueran sus clientes, no sus amigos.
¿Por qué?
Muy sencillo, el periodista debe ser crítico al escribir, y mientras más duro mejor, pues tendrá más lectores, cuando el político se convierte en amigo entonces tiende a introducir la autocensura en sus columnas o notas.
Por ello, para mantener la línea autocrítica el periodista no debe tener amigos políticos, no amigos funcionarios, porque entonces comenzará su declive.
¿Qué pide el gobernante a su “amigo” periodista?
Primero que no le escriba notas o comentarios en contra, e, inmediatamente, que le saque sus “flores” o “adulaciones”.
Y cuando el periodista comienza a adular al gobernante, en ese momento comienza su desprestigio, sus lectores a cerrar la página donde publica y luego a decir de él que ya está recibiendo “chayote”.
Por eso, matancero del mañana (porque dices que lo serás, pues llegarás a ser presidente municipal), mi respuesta es que mantengamos nuestra relación en el actual nivel, prácticamente sin conocernos, así está mejor.
Cuando llegues a ser matancero, si algún día llegas, vos decidirás qué hacer con las reses, que yo, de todos modos, seguiré siendo un hijo de la chingada, según tu propia definición de periodista.
Si gustas, puedes comportarte como lo hace el “diputado suplente”, el “Balacito”, no sé cómo diantres se llama, pero es hijo de Tono “Balazo”; a raíz de mis críticas a su persona y a su padre, el “pulpo” del transporte en Comitán, el señor no me saluda de mano.



Cuando estoy en algún evento donde llegan muchas personas, y ahí ando yo tomando mis fotos, él comienza a saludar de mano, y al llegar a donde estoy, acaban sus saludos.
Si vieran cómo me quita el apetito y el sueño ese gesto de cortesía del señor, quien sigue de aprendiz de político, con sueños guajiros de también ser presidente municipal, diputado local, diputado suplente, aunque la verdad yo sólo le veo tamaños para regidor, e inclusive plurinominal.
Así le puedes hacer, matancero del mañana. A mis amigos los elijo yo, y aquellos que quieran serlo no se lo ganan invitándome una pinche tacita de café, porque café y pan tengo harto en mi casa.
No sé si lo notaste pero la Sari me tiene gordo, pansudito y mi ropa oliendo a Downy.
Una amistad no se construye con una carta de intención, compa.
Además, no tenemos nada en común, sino al contrario, puntos de desencuentro, como el asunto de la señora que se quedó sin dientes ni placas dentales inferiores por culpa de tu irresponsabilidad.
Por cierto, ¿dónde quedó esa placa?

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