Don Rubén Moreno Alfaro, el Coordinador de Tránsito y Vialidad de Comitán, sigue sin regalarme una llamada telefónica, a pesar de que fui a sus oficinas a buscarlo, y al no encontrarlo dejé mis datos para que me concediera la llamada.
Como no soy su jefe, y para él ningún ciudadano común puede ser su jefe, puesto que no todos aparecen en el Directorio del Ayuntamiento, entonces nadie se merece atención alguna de su parte.
De todos modos quiero saber qué pasó con el "Comandante Carcacho".
Y vuelvo a solicitar se comunique conmigo Don Rubén por esta cuestión:
Porque lo que me llegó al oído no es nada bueno; más bien es preocupante.
Es preocupante que un comandante le "agarre" sus cosas a un detenido, y luego no se las devuelva.
Es preocupante que un comandante, cuando al otro día es denunciado ante su jefe, simplemente diga: "perdón, jefe, es que se me olvidó devolverle sus cosas al señor, perdón señor, si no me lo piden ni me acuerdo que le confisqué su cadena y pulsera".
Y es que el señor fue exhibido.
"Que nadie se mueva aún, quédense donde están, porque en estos momentos vendrá la persona fulana de tal, y vendrá a mirarlos cara por cara, a ver quién de todos ustedes lo detuvo ayer y no le devolvió sus cosas", dijo el mero jefe.
Y todos quedaron quietos, casi sin respirar.
Mientras la persona afectada recorría las filas, una a una, y trataba de recordar el bello y masculino rostro del "Comandante Carcacho".
Hasta que dio con él.
"Él es", dijo.
"Que pase al frente", le dijeron al "Comandante Carcacho".
Y, ni modo, tuvo que dar un paso al frente y explicar su conducta.
Y explicó su proceder, con balbuceos.
El problema no es explicar.
El problema es que si no hay castigo ejemplar el "Comandante Carcacho" seguirá con su mal proceder.
Pregunta al jefe de ese tipo: ¿No ameritaba destitución? ¿Por lo menos un día de cárcel? ¿O tres? ¿Cuál es la disciplina en esa corporación?
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