miércoles, 16 de mayo de 2007

Rafael Morales y sus ambiciones




Lo de Rafael Morales Serrano y sus calenturas resulta curioso.

Eso de querer la candidatura a la presidencia municipal de Comitán suena normal porque cualquiera tiene ambiciones y, más, los hombres de poder, del dinero.

Pero que lo pretenda por la vía electoral una persona rechazada por la sociedad es sencillamente absurdo.

Ese rechazo a su persona fue patentizado en octubre del 2001.

Por más paga que le metió no consiguió penetrar al corazón del pueblo sino sólo desequilibrar las finanzas de su empresa, al grado de caer en la ignominiosa aceptación de una regiduría plurinominal, sólo para ir a cobrar cada quince días, y presentándose, por lo mismo, únicamente dos veces por quincena a sus oficinas. Fue realmente patético.

En aquella campaña ni con dinero en mano pudo comprar votos para su causa.

La gente recibía el dinero que el entonces candidato entregaba a cambio de votos pero votaba libremente.

Corría el dinero a manos llenas, los operadores pudieron abrirse paso, así, a golpe de cañonazos de billetes, los líderes sociales hicieron su agosto, pero el votante siguió rechazando al empresario gasolinero.

Versiones señalan que el principal obstáculo de Morales Serrano es Arnulfo Cordero Alfonso, pero el diputado federal no tiene necesidad de obstaculizar esa carrera política, ya que se pinta sola para el fracaso.

Al contrario, mientras más gaste en promoción política menos crecerá empresarialmente.

El que nace para maceta…

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